Aun recordando esas dulces e hirientes palabras seguía mirando por la ventana. Tenia tantas ganas de que realmente fueras tú, aquél quien me haría amar la vida un poco más cada día que transcurría. Creo que me equivoqué otra vez.
No soy tan fuerte, mi mundo lentamente ha comenzado a derrumbarse y los escombros son tan difíciles de mover. Lento se ha vuelto mi caminar cuando salgo a pasear, mi cabeza merodea entre los limites de la locura y la realidad pero no la puedo detener. No quiero hacerlo. El alma le sonríe al corazón cuando ella esta feliz, y una lagrima derrama cuando el dolor se hace presente. Muy en el fondo, aquel mar que comenzó como un pequeño charco, comienza a derramar desesperanza por todo el lugar. Los sentimientos cálidos y las alegres emociones que hacían bailar y palpitar al corazón van siendo consumidas lentamente por aquél dolor.
3 comentarios:
Lleno de sentimientos este escrito.
Muy bueno tu blog.
Sludos. estare por aqui.
Ahora vengo, necesito una gillete y algo de alcohol. ¡Ah! Y pop corn, no puedo hacer esto sin pop corn.
Una de cal y otra de arena...y curioso como una misma cosa puede ocasionarnos sentimientos tan antagónicos. El paso de la alegría a la tristeza, de la palpitación del corazón al letargo, es tan y tan corto...
Un fuerte abrazo.
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