Other words

If I did something wrong, I don't care

miércoles, 2 de marzo de 2011

El poder del amor, el dolor del corazón.



Oh my love, my sweetest love
Let me be whit you,
don't leave me apart,
don't forget how much I love you.

Sus dulces y hermosas palabras aún retumban en mi oido. No he podido dejar de escucharlas, no importan los dìas que pasen, minuto a munito aparecen en mi mente atormentandome.

Si tan solo me hubieras escuchado cuando te decia 'Te amo', si hubieras querido quedarte un día más conmigo, todo eso no hubiera sucedido.

¡Maldito!¡Mil veces maldito! Amor estúpido que me has hecho enamorarme perdiendo la razón.
No he dejado de pensar en ella desde la primera vez que la ví. Su rostro, su perfume, sus manos largas y dedos finos y delgados, su sonrisa, el color de sus ojos, su forma de caminar; me idiotizó. Me enamoró.

Finalmente comprendí que no podía vivir sin ella, que daría todo cuanto tuviera por estar a su lado y alcanzar la felicidad. Sería mi propio pedazo de cielo en la tierra, la gloria para mis sentidos, para mi ser.

Toda aquella felicidad se vió estropeada cuando me di cuenta del dolor del engaño. ¡Qué estupido fuí al creer que aquella creatura tan bella me amaría a mi!

¡Mil mentiras, mil amores!¡Qué estúpido fuí!

Mis ojos llorosos, las manos humedas de aquél espeso líquido escarlata que emanaba de su cuerpo semiconsciente. Implorando, supicando ayuda. Ayuda que yo no estaba dispuesto a brindar. Me dolía en el alma su traición, sus engaños. No estaba dispuesto a que no fuera mía, y si mía no era, de nadie más sería.

Me agache para lograr susurrarle al oido un tierno 'Te amo', y mientras lo hacía, sus ojos con las pupilas dilatadas; su corazón latiendo a mil por hora intentando llenarla de vida, dió su ultimo latido y partió junto a su amante a un nuevo mundo. Un mundo en el que juré los encontraría e iría por ella.

Mil ideas atravezaron por mi mente como balas de una metralleta, una tras otra. Cada una cuan veloz que apenas si podía reparar un segundo en ella, antes de que la otra se apareciera. Ahogue el llanto y la tristeza que invadían en aquél momento mi corazon. Sopesé la posibilidad de seguir en esta vida tan llena de problemas y vanedades. Me resulto ilogica, sin razón.

No dudé más.Y apagando uno a uno mis latidos del corazón, jalé el gatillo de la pistola que hacia no más de 2 minutos había puesto fin a la vida de mi esposa y de su amante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Impresionante e intenso relato.
Me encantó.
Te invito a que visites mi blog.
Saludos de Valeria.