Hoy por fin comprendí, lo que significa que no estés ya conmigo. Que te hayas marchado lejos de mí.
No creo que fuera por que no me querías. No, definitivamente eso no. Se que tu deseabas algo más que a mi lado nunca podrías tener:
Me ha costado darme cuenta de eso, pero era tiempo. Fingir que no sabía el por qué de tu partida, era solo para evitar más dolor en mi corazón.
Te quería, te quiero y te querré. Fuiste muy importante para mi, y ocupas un lugar muy grande tanto en mi corazón como en mis pensamientos. Como olvidar aquellos momentos llenos de risas y alegría que pasaba junto a ti. Aquellos días en los que podía dedicarme por entero a ti, y tu estabas ahí para mí. Que aún sin decirte una sola palabra sabías como estaba yo, te acercabas para animarme y consolarme. Ese gesto tuyo, tan noble, de secar mis lagrimas mientras posabas sobre mi regazo.
¡Oh, pequeña! Cuanto daría por que siguieras a mi lado. Si tan solo, todo eso lo hubiera sabido apreciar en su momento, se que tu nunca te habrías marchado, aunque eso significara perder aquello que tu tanto anhelabas. Sé que habrías dado lo que fuera por permanecer un día más a mi lado en vez de andar vagabundeando por las calles en completa soledad...
¡Oh mi niña! Tu tan bella como la luna, tan escurridiza y mimada. Si yo hubiera sabido en ese entonces que te perdería, habría hecho todo por que te quedaras conmigo.
Te extraño, cuanto te extraño. Me haces falta. Ahora alguien ocupa tu lugar, pero jamás será igual.
Por ahora solo me queda la esperanza de pensar que estas bien, y que nada malo te pasó. Que sigues brincando por doquier, feliz y en libertad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario