Estaba sentada junto a la ventana, las manos sobre mi regazo, los ojos cerrados, y en mi mente, todos los recuerdos. Queria llorar, pero sabía que tu no querrías que lo hiciera. Me dolía tu partida, extrañaba tu prescencia, tus palabras de consuelo, tu voz, el adorable sonido de tu risa, tus ojos, tu aroma, tu sonrisa, el roce de tus labios con los mios. Simplemente te extrañaba. ¿Por qué tuviste que irte de esa manera? Ni un adios, o un hasta siempre. Ahora solo me queda conformarme con tu recuerdo. Abro lentamente las manos en donde guardo celosamente el camafeo, en el que encontré tu carta, tus sueños, que jamás podrás hacer realidad.
domingo, 30 de septiembre de 2012
Recuerdos
Estaba sentada junto a la ventana, las manos sobre mi regazo, los ojos cerrados, y en mi mente, todos los recuerdos. Queria llorar, pero sabía que tu no querrías que lo hiciera. Me dolía tu partida, extrañaba tu prescencia, tus palabras de consuelo, tu voz, el adorable sonido de tu risa, tus ojos, tu aroma, tu sonrisa, el roce de tus labios con los mios. Simplemente te extrañaba. ¿Por qué tuviste que irte de esa manera? Ni un adios, o un hasta siempre. Ahora solo me queda conformarme con tu recuerdo. Abro lentamente las manos en donde guardo celosamente el camafeo, en el que encontré tu carta, tus sueños, que jamás podrás hacer realidad.
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