Sonreí levemente al recodarte. Esos bellos momentos de mi errante existencia en los que tu aparecías con una rosa escondida, que colocabas tras tu espalda antes de llegar a donde yo estaba.
Me hubiera gustado pasar más tiempo a tu lado, tener día a día esa porción de alegría que hacía más fácil mi vida. Eras como mi terrón de azucar en un montoncito de sal.
Tus dulces y alagadoras palabras al despertar, el beso de buenos días, y el desayuno que aguardaba pacientemente en el comedor hasta que bajaba. Era tu reyna y tu mi rey.
Si tan solo no hubieras salido aquella noche, si tan solo hubieras ignorado aquella llamada...
Quizá, si no hubieras sido tan tú, no estarías hoy en aquella habitación del hospital en la que aguardo tristemente tu despertar.
3 comentarios:
Omg, muy lindo :L, y si, a veces por ser demasiado buenos nos pasan cosas malas.. ironías de la vida ._.U. Pero en fin, corto pero bueno, otra vez :)
Jajaja! Ironías! Lo has dicho. ¿Que raro verdaD?
Te quiero.
Escribes genial anetha *-*
te echare de menos muchiisiimo
*-*
besos
PD: te envie un mensaje a tu bandeja de msn
besos
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